"Los animales de los circos no son voluntarios. Es práctica común golpearlos, apalearlos, encadenarlos, y darles latigazos para forzarlos actuar en trucos antinaturales y peligrosos. En un esfuerzo de destruir el espíritu de los bebés recién capturados, se les amarra, golpea, y priva de alimentación por un mes. Los animales en los circos pasan casi el 95 porciento de sus vidas encerrados o encadenados. A menudo se les obliga a dormir de pie o apretados en camiones, son forzados actuar aunque estén enfermos y siempre bajo la amenaza de castigos con ganchos puntiagudos o latigos, con los cuales se les golpea en la piel sensible de sus caras, patas, y detrás de las rodillas"
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